La izquierda abertzale desconcierta
En la crónica parlamentaria de la semana,
los debates sobre la Ley de Concierto y Cupo vasco han ocupado un espacio muy
importante; si ha habido algo verdaderamente disonante en este caso, ha sido
precisamente la posición mantenida por EH Bildu, totalmente extemporánea y
contraria a los intereses de la ciudadanía vasca. Su falta de apoyo a las Leyes
de Concierto y Cupo, pieza nuclear que define el régimen económico-financiero
singular de Euskadi, le ha situado en armoniosa sintonía con Ciudadanos. Esta
formación que ha emprendido una nueva ofensiva contra el Concierto y el Cupo
vasco, encontrando el incomprensible respaldo de la izquierda abertzale, que se
ha empecinado en una posición que desconcierta a propios y extraños.
El desatino de EH Bildu es especialmente
inquietante porque, siendo innumerables las ocasiones en las que no toma parte
en las votaciones que se sustancian en las Cortes Generales, en este caso, sin
embargo, ha querido estar presente y dejar constancia de que se abstiene de la
defensa del Cupo y el Concierto Económico Vasco. Aunque parezca
incomprensible, su infantil afán de confrontación con el Partido Nacionalista
Vasco le ha llevado a perder los papeles y equivocarse de partitura porque
hemos escuchado la voz de EH Bildu como parte del coro que dirige Albert Rivera.
¡Que me expliquen cómo es posible que un
partido vasco no apoye una decisión que supone reconocer y reforzar los
derechos históricos del pueblo vasco! Es inexplicable que se abstenga a la hora
de respaldar la clave de bóveda de nuestro autogobierno, el sistema singular
que hunde sus raíces en la tradición foral de los territorios históricos de
Gipuzkoa, Bizkaia, Araba y Nafarroa. Soy miembro de la Asamblea Parlamentaria
del Consejo de Europa y puedo asegurar que uno de los temas sobre el que más
explicaciones se me requieren, por su carácter único en Europa, es precisamente
el sistema de Concierto y Cupo de Euskadi. ¿Cómo voy a explicarles que
este sistema vasco que todos admiran y tantos envidian no ha sido apoyado por
un partido vasco? Es inexplicable porque la actitud de EH Bildu es
incomprensible.
Desde el año 2008 el sistema vasco de
concierto cuenta con el aval de las instituciones europeas. De hecho, la Unión
Europea reconoce 32 haciendas, las 28 correspondientes a cada uno de los
Estados miembros y las cuatro correspondientes a Gipuzkoa, Bizkaia, Araba y
Nafarroa. ¿Cómo puedo explicar a mis compañeros del Consejo de Europa que hay
un grupo político vasco que no acepta lo que la propia Unión Europea reconoce?
Es incomprensible porque la actitud de EH Bildu es inexplicable, valga la cuasi
redundancia.
No me voy a extender en explicaciones
sobre las virtudes y particularidades del sistema fiscal vasco, labor que el
exconsejero Pedro Luis Uriarte ha ilustrado de manera sobresaliente en
infinidad de ocasiones, pero sí voy a subrayar que no respaldar el Concierto y
el Cupo implica no aceptar una materia que nos vincula con la raíz de las
libertades originarias del Pueblo Vasco. Estamos hablando de una institución
que garantiza una relación bilateral entre el Gobierno Vasco y el Gobierno
central. Una relación de igual a igual, paccionada, de reconocimiento mutuo. Un
sistema de relación que impide, como se ha demostrado durante dos lustros, que
el Gobierno del Estado pueda imponer su criterio de forma unilateral.
De la misma forma que nosotros podemos
envidiar la situación que en determinados aspectos tienen realidades como
Escocia o Flandes, con la institución del Concierto que hemos consolidado en
Cortes Generales también nos convertimos en objeto de deseo. Me gustaría que EH
Bildu nos plantease algún ejemplo similar al nuestro en toda Europa. Lo cierto
es que han sido muchos los vaivenes de la izquierda abertzale con respecto al
tema que estamos desarrollando, al igual que ha ocurrido en otros muchos
aspectos, como durante la transición, cuando nosotros entendíamos que teníamos
que defender los intereses de los vascos allá donde se tomasen decisiones que
concernieran de una u otra manera a la agenda vasca. Gracias a ello,
ahora disponemos de un Concierto Económico y una Ley del Cupo que son la clave
en la que se sustenta el estado vasco de bienestar. Gracias a estas
herramientas que hemos defendido durante muchos años se posibilita que tengamos
una serie de servicios que permiten que la ciudadanía vasca esté en parámetros
similares a los de los países más avanzados de Europa.
Es absolutamente ridículo y censurable
que la izquierda abertzale copie lo peor de algunos modelos políticos que
priorizan sus objetivos partidistas por encima de todo. Es incomprensible que
se abstenga de apoyar un acuerdo que es a todas luces positivo para Euskadi.
Así lo ha entendido todo el mundo, excepto Rivera y sus insospechados
compañeros de viaje de la izquierda abertzale. EH Bildu se ha sumado a
una formación contraria y combativa contra nuestro modelo educativo o contra
nuestra lengua, por poner dos ejemplos recientes y permanentes.
Puedo entender que Ciudadanos no tenga mayor preocupación por la ciudadanía vasca y su bienestar; porque tienen dos concejales en Euskadi y cero parlamentarios en la Cámara de Gasteiz. Pero no puedo entender que quien dice ir a Madrid a defender los intereses de Euskadi llegue allí para aliarse con Rivera y sumarse al desconcierto.
Puedo entender que Ciudadanos no tenga mayor preocupación por la ciudadanía vasca y su bienestar; porque tienen dos concejales en Euskadi y cero parlamentarios en la Cámara de Gasteiz. Pero no puedo entender que quien dice ir a Madrid a defender los intereses de Euskadi llegue allí para aliarse con Rivera y sumarse al desconcierto.
El ‘cuanto peor, mejor’ no es nunca una
buena solución. Intuyo que detrás de este error mayúsculo, de este desafuero
incomprensible, subyace el único objetivo de tratar de perjudicar al
Partido Nacionalista Vasco. Es una obsesión incomprensible que no conduce a
nada. Ni lo han conseguido ni lo van a conseguir, pero sí deben saber que estas
decisiones ponen en riesgo el autogobierno y los intereses de Euskadi.
Mi artículo de opinión, hoy en Diario Vasco.
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