Partidos
de hoja caduca
Es
inevitable comenzar el artículo de hoy haciendo una referencia a la situación del
Partido Socialista Obrero Español. Vaya por delante que, evidentemente, no me
considero quién para juzgar lo que ocurre en casa ajena, pero cierto es que
Zapatero tampoco es que dejara la casa socialista fácil de gestionar.
Estas
cosas llevan tiempo, pero sobre todo necesitan unidad. George Lakoff considera este
tipo de situaciones como un mal endémico de la gente de izquierdas; “a menudo
piensan que el suyo es el único modo de ser progresistas, lo que impide que
gentes que comparten valores progresistas lleguen a unirse”, razonó el investigador
norteamericano. La derecha, en cambio, habitualmente sabe permanecer más
hermética. Parece evidente que es necesario que haya liderazgos fuertes, pero
liderazgos gestores de equipos, de personas y de acuerdos.
Por
otro lado, esta semana ha tenido lugar el primer Pleno de esta preocupante y
convulsa legislatura. Digo preocupante, porque hoy es el día en el que todavía no
sabemos si habrá que convocar terceras elecciones o no; si bien es cierto que
en los mentideros madrileños apuestan porque la crisis del PSOE finalizará
posibilitando un Gobierno de Mariano Rajoy.
Probablemente
el PP prefiera repetir las elecciones y ahondar en la distancia con respecto a
sus seguidores. Pero el que verdaderamente entiendo que va a poder aprovecharse
de esta situación crítica que está viviendo el PSOE es Podemos. Es verdad que
la coalición de nuevo cuño también está viviendo sus crisis internas (una vez
más volvemos a recordar a Lakoff); pero creo que van a mostrar una capacidad de adecuarse a la nueva
situación e intentar sacar provecho de la debilidad socialista. Empleando de manera
jocosa el dicho popular, a los morados les ha bajado a ver la Virgen del Amor,
con la medalla de oro concedida por el ministerio de Fernández Díaz incluida.
En
lo que respecta a la primera sesión plenaria en la Cámara Alta que acabamos de
finalizar, está claro que esta ha tenido una estrella, que no es otra que Rita
Barberá; la exalcaldesa de Valencia que esta semana ha estrenado Grupo parlamentario.
Sinceramente, e independientemente de la situación procesal en la que se
encuentra, pienso que hay medios y senadores que han tenido un comportamiento
inadecuado hacia una persona que tiene un escaño porque una Cámara legislativa
lo ha querido. A partir de ahí se pueden hacer muchas valoraciones subjetivas,
pero lo que sí creo imprescindible es que lo que vaya a plantear en relación a
la senadora se deberá hacer con rigor.
En
su hasta ahora Grupo, el Popular, parecen no haber aprendido nada en los últimos
cuatro años, no ha sabido asumir sus resultados electorales en los que la ciudadanía
le ha sancionado con dos derrotas consecutivas; no en vano, pese a ser la formación
con mayor apoyo, hasta tres millones de personas les ha retirado su confianza
con respecto a 2011. Lejos de darse por aludido, sigue con la misma actitud, con
la misma prepotencia que en ocasiones anteriores. Pienso que es poco inteligente.
Es posible que tenga una oportunidad de gobernar con más escaños que los que
los ciudadanos hubieran querido en primera instancia; pero, o se moderniza y se
convierte en un partido de centro derecha europeo, o quedará como un partido
caduco y de carácter rancio.
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