martes, 17 de junio de 2014


PNV dice en el Senado que no es "súbdito del rey ni de la república" y pide "respeto a la voluntad" de los vascos

Pide a Felipe VI respeto a la lengua, la cultura y a "la ambición de ser" de Euskadi

MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -

El portavoz del PNV en el Senado, Jokin Bildarratz, ha asegurado que su partido se abstiene en la votación de la Ley de Abdicación porque no se considera "súbdito del rey ni de la república" y porque lo que defiende y le interesa es lograr "respeto a la voluntad de los vascos de ser". "Quien respete nuestra voluntad, tendrá nuestro respeto".

Bildarratz ha realizado estas declaraciones para defender que su partido no participe en esta votación como tampoco lo hizo en la de la Constitución de 1978, ha afirmado, para precisar que "la democracia y la libertad vieron al luz, pero hubo también sombras".

En este sentido, ha asegurado que la Carta Magna tuvo el apoyo del 30 por ciento de los vascos y que este "hecho diferencial vasco" se ha mantenido hasta la actualidad. "Hoy el PNV se abstendrá en la votación y les garantizo que la sociedad vasca también se está absteniendo", ha dicho.

Jokin Bildarratz ha subrayado que, en cualquier caso, el problema del PNV no está tanto en el modelo de Estado como en que no se permita al País Vasco decidir sobre su independencia. "Por concepto democrático, somos republicanos, pero como la monarquía, tiene su trascendencia en tanto en cuanto aporten algo a nuestra comunidad", ha dicho.

Además, ha rechazado que nadie se plantee como un problema que la sucesión venga señalada por una Constitución que impone al hombre sobre la mujer, una "anomalía" en el siglo XXI, y que no se pueda plantear un referéndum sobre si se acepta al nuevo Rey.

"No hay razón para que la ciudadanía tengan que callar y otorgar. La ciudadanía tiene que aceptar a un nuevo rey sin poder pronunciarse. El PNV no lo puede aprobar", ha añadido.

PETICIÓN AL REY FELIPE VI

Por todo ello, el portavoz jeltzale ha pedido una reforma constitucional y un nuevo modelo de Estado. "No nos sentimos súbditos del Estado, ni del rey ni de la república. Somos ciudadanos vascos que queremos que se respete nuestra voluntad de ser. Quien respete nuestra voluntad, tendrá nuestro respeto", ha señalado.

Jokin Bildarratz ha dicho que esa reforma del Estado debe ser profunda y partir de una negociación política "para resolver un contencioso político". "El Estado se encuentra con una realidad incuestionable, una demanda arraigada en Euskadi, pueden seguir ignorándola o abordarla, eludir los problemas no los resuelve", ha advertido.

El portavoz ha insistido en que su nación es la vasca y ninguna otra, y que es "una realidad compartida" por muchos vascos. Además, ha tenido un mensaje para el futuro rey, quien en varias ocasiones ha expresado su respeto "por la diversidad". "Lo único que pedimos a quien va ser nombrado rey es respeto a los hechos diferenciales, respeto a nuestra lengua, respeto a nuestra cultura y respeto a nuestra ambición de ser", ha concluido.

 

domingo, 1 de junio de 2014

EL ÁRBOL ELECTORAL SE MUEVE


Día a día vemos que la política está viviendo unos años que, sin temor a equivocarnos, podemos calificar de azarosos. La preocupación de la ciudadanía con todo lo relacionado con la política es grande y creo que esa inquietud ciudadana ha convulsionado la docilidad política a la que estábamos habituados. Todos los partidos políticos se han visto sorprendidos por los resultados electorales; algunos por la pírrica alegría a la hora de conocer el dato de que la abstención no ha aumentado todo lo que se hubiera esperado después de que el gobierno europeo y los gobiernos de los Estados miembros hayan adoptado una serie de medidas difíciles de digerir para la ciudadanía. Otras formaciones se han visto sorprendidas por el evidente descalabro recibido. El disgusto de otros partidos está más relacionado con la representación parlamentaria que algunos grupos en teoría minoritarios han obtenido en la Cámara europea.

Desde una perspectiva de análisis europeo, mi opinión ante lo acontecido es positiva. Hago mías parte de las reflexiones de Winston Churchill, que venía a decir que en la derrota es importante la resistencia y en la victoria es imprescindible la magnanimidad. Es cierto que, por una parte, es preocupante el aumento de la representación de partidos políticos euroescépticos o/y de carácter neofascista. Pero ese dato lo valoro con optimismo porque entiendo que servirá de revulsivo para todos aquellos que creemos en la UE. Creo que la gran mayoría de partidos políticos que creen en el futuro de la Unión tiene una buena oportunidad para hacer una apuesta clara por la democratización de las instituciones europeas, por la socialización de las diversas políticas en el ámbito de la Unión y por desarrollar una idea de ciudadanía europea desde el respeto a cada una de las identidades existentes en las diversas naciones que se encuentran dentro de los Estados miembro. Las políticas de dureza y restricción hasta ahora desarrolladas han desembocado en la situación que ahora vivimos: hay que cambiar el rumbo. Pero esto exige fortaleza por parte de los gobernantes. Es decir, exige generosidad y valentía para poder compartir diversos ámbitos hasta ahora enmarcados dentro del concepto de soberanía interna del Estado.

Aunque haya gente que vea en los resultados del domingo un debate entre izquierdas y derechas, entiendo que el debate no está ahí. La teórica izquierda francesa ha sufrido mucho en los últimos embates electorales, y en el Estado español la derecha también ha sufrido. Prácticamente en toda Europa los partidos que estaban en el gobierno han sufrido un descalabro importante. En ese sentido, Euskadi es una honrosa excepción. El Gobierno del Lehendakari Iñigo Urkullu ha demostrado que en tiempos de austeridad es posible compaginar un gobierno social con un gobierno componedor de acuerdos y hacedor de futuro. También lo es el Gobierno del primer ministro italiano Mario Renzi. Es cierto que Renzi todavía no lleva el tiempo suficiente como para que se puedan evaluar sus resultados, pero se intuye que trae un mensaje nuevo, fresco, que a la gente le resulta sugerente cuando menos. La ciudadanía aprecia los mensajes alejados del acartonamiento. La gente se ha posicionado de una manera clara. Ha decidido, ha apostado. La ciudadanía hace suyo el mensaje de Max Weber: “Toda experiencia histórica confirma la verdad de que el hombre no hubiera obtenido lo posible si no hubiera pugnado una y otra vez por alcanzar lo imposible”. Las nuevas maneras de hacer política, las nuevas tecnologías, los medios de comunicación han ayudado a propiciar un debate cuyo resultado conocimos el domingo. El bipartidismo ha perdido espacio, mientras que los demócratas europeos (ALDE) han conseguido mantener su cuota de espacio y ser la tercera fuerza en el espacio europeo. Los jóvenes vienen pisando fuerte. La gran mayoría de los partidos políticos necesita flexibilizar sus maneras de trabajar para poder llegar de una manera más directa a la ciudadanía. La historia se repite. No hay democracia que funcione lejos de la ciudadanía. Es hora de que rompamos la brecha que día a día se va acrecentando. El árbol de la política se mueve. Lo importante es que nos movamos con él para que no se rompa.