domingo, 26 de agosto de 2018


La luz en las víctimas
Esta semana he tenido la oportunidad de visitar la ‘Ciudad de la luz’, París, ejemplo de modernidad y futuro. En estas grandes urbes, uno puede encontrarse con otra dimensión social y urbana con la que no estamos habituados a vivir; llaman la atención las grandes infraestructuras culturales o de movilidad, las playas en pleno centro de la ciudad, la convivencia de personas de origen, condición y raza diferente, también la obsesión por la seguridad. Esta última es la cuestión que quiero subrayar porque ocupa gran parte de la agenda política, tanto de la capital como del Estado francés, tras haber sufrido de cerca la violencia extrema. El terrorismo ha adquirido otro nivel, se ha convertido en un riesgo global; nadie puede sentirse seguro en ninguna parte del mundo. Hoy puede ser París, mañana Londres, Madrid o cualquier capital de Oriente Próximo. La globalización ha extendido, ampliado y amplificado el riesgo. La única respuesta posible es la unidad, también global, trabajar de manera conjunta, sumar todas las capacidades de todos los Gobiernos y organizaciones para tratar de garantizar la seguridad de las personas estén donde estén.
El 17 de agosto del pasado año el terrorismo golpeó Barcelona y Cambrils. Un año después, he participado en el acto de recuerdo y solidaridad organizado en la capital condal bajo el lema ‘Barcelona, ciudad de paz’. Lo hice en compañía de Aitor Esteban y en nuestra condición de portavoces del Partido Nacionalista Vasco en el Congreso y el Senado. Nuestra primera impresión fue constatar la escasa participación de los diferentes grupos parlamentarios y representantes de las Cortes Generales en este homenaje.
Esta situación anómala me trajo a la memoria la reunión que, siendo concejal de Tolosa, mantuvimos todos los representantes del Ayuntamiento con los familiares de Josu Leonet, trabajador de Elektra asesinado por ETA. Recuerdo que, con toda crudeza, los familiares nos reprocharon atenderles solo cuando la luz y los focos de los medios de comunicación permanecían encendidos, para desaparecer a continuación dejando a las familias en la más absoluta de las soledades. Me costó aceptarlo, pero debo reconocer que fue una enseñanza de vida que nunca agradeceré lo suficiente a la familia Leonet-Tadeo. Una enseñanza que me ha servido y ayudado a lo largo de mi vida porque, desgraciadamente, ha sido mucha y larga la experiencia de terror y dolor que me ha tocado vivir.
En el acto de Barcelona teníamos a nuestro lado el sufrimiento de las víctimas y al otro lado se encontraban las personas que decidieron acompañarles en este primer aniversario de recuerdo. Estaba claro que ese día el único protagonismo correspondía a las víctimas y sus familiares. Nadie más debía tener ninguna relevancia especial. Sin embargo no fue así y la controversia institucional, social y política encontró su espacio con pancartas, banderas y eslóganes a voz en grito que ni tenían sentido ni habían sido invitadas. Ese día no tocaba. Ese día era para homenajear a las víctimas del terrorismo y no para alimentar una confrontación que desplaza la luz y el foco de lo único importante, el acompañamiento a las familias que hace un año, en un segundo  y sin razón alguna, perdieron a un ser querido.
Muy cerca de nosotros, un grupo de personas muy poco respetuosas con la situación que estábamos viviendo, no hacían más qué interferir en el acto, gritar y provocar; pretendían defender al Rey y reivindicar la unidad de España, pero no era el momento ni el lugar. Era una minoría, pero muy ruidosa, molesta y fuera de lugar. Podrán aducir que “respondían” a una pancarta crítica con el Rey de España, pero está claro que no improvisaban y que respondían a una organización premeditada con sus banderas españolas, pancartas y eslóganes perfectamente preparados. Les daba igual que los organizadores del sentido acto estuviesen tratando de crear un clima de respeto y cercanía a las víctimas y sus familias. Eran personas que no estaban dispuestas a escuchar, ni tan siquiera la canción interpretada en el acto, ‘Qual se vol nit por sortir el sol’ (Cualquier noche puede salir el sol), de Jaume Sisa, cuyo estribillo tiene un mensaje totalmente inclusivo: “Oh, bienvenidos, pasad, pasad, de las tristezas haremos humo. Mi casa es vuestra casa, si es que hay casas de alguien”. Quienes trataban de caldear el ambiente no han entendido la letra de ‘Imagine’, de John Lennon, otra de las canciones que se interpretaron: “Imagina que no hay países... imagina toda la gente viviendo en paz”. Esta canción lanzaba un mensaje a todos quienes defendemos que Cataluña merece un tiempo de distensión: “Imagina toda la gente compartiendo un mundo, podrás decir que soy un soñador, pero no soy el único; espero que algún día te nos unas y el mundo será uno”.
Las letras de las canciones interpretadas nos hablaban de amigos que se dan la mano, mientras la actitud de un determinado grupo de personas era justo la contraria. Me desagradó especialmente que algunos representantes políticos abandonaran el sentido del momento y se acercaran a saludar a ese grupo que había intentado reventar un acto que consistía en acompañar el sufrimiento de las víctimas. Cataluña vive una situación de mucha tensión y PP y Ciudadanos no pueden, o no deben, pugnar por ver quién demuestra una mayor capacidad de generar tensión. El pueblo catalán necesita justo lo contrario, una nueva luz. La clave es promover una distensión que permita a los partidos políticos catalanes recomponer su situación interna, dialogar, retomar unas relaciones constructivas  y establecer una estrategia a futuro. Incluso desde la complicidad y el entendimiento no será fácil encontrar una salida, pero desde el enfrentamiento es imposible avanzar.
Mi artículo de opinión, hoy en Diario Vasco.

sábado, 18 de agosto de 2018


La participación en la política
A los parlamentarios a quienes habitualmente nos toca ejercer nuestra labor fuera de Euskadi no nos resulta extraño que la gente, cuando paseamos por la calle, nos pregunte por nuestra vida en la capital del reino, por el ambiente que nos encontramos allí, por cómo es tal o cual persona… Más ahora, si cabe, que las aguas bajan revueltas. Pero sobre todo lo hacen acerca de temas que verdaderamente preocupan: Cataluña, si el Gobierno de Pedro Sánchez durará mucho…
Quienes me han conocido en mi faceta en el Ayuntamiento también me preguntan con cuál de las dos labores me quedo: si con la actual de Senador, o con la anterior, de Alcalde de Tolosa. Mi respuesta siempre es la misma: que son ámbitos tan diferentes, que son incomparables; si bien es cierto que el Consistorio deja una huella difícil de olvidar: el contacto con las personas de tu ciudad. Son muchos los problemas que se afrontan en el día a día desde una alcaldía o una concejalía, y los dramas personales se viven de otra manera. Mientras en el Senado o en el Congreso podemos legislar, en el municipio se viven directamente las consecuencias de lo legislado, o de lo no legislado. La lejanía de la cuestión a gestionar marca distancia sobre el problema, pero los alcaldes y alcaldesas los viven de manera directa: migración, paro, desestructuraciones familiares...
En mi opinión, el Ayuntamiento es la base de la política; son instituciones que me ayudan a preguntarme por una democracia más directa, más viva. No olvidemos que la democracia tuvo sus orígenes en las ciudades, con las asambleas, y a partir de ahí, se extendió a las regiones, estados… En su inicio, la participación era parte fundamental del sistema, aunque se reservase a una minoría de la población (varones de clase alta, sin opción para mujeres, extranjeros o esclavos). En la actualidad, hablamos de participación ciudadana; de rescatar, acorde a los valores actuales, una participación que es intrínseca a la democracia. Para eso la política local es clave.
En el actual escenario de globalización, en el que los riesgos globales son elementos comunes en nuestras sociedades (terrorismo internacional, cambio climático, crisis financiera…) los estados comparten el control y la regulación de la vida social con instituciones internacionales, subestatales, élites financieras, multinacionales, grupos de comunicación... Se habla de que se está dando una crisis de gobernabilidad. Cada vez son más los agentes no elegidos que toman decisiones (el poder de las empresas, de los medios de comunicación…) y la ciudadanía siente cada vez en mayor medida que los centros donde se toman decisiones que afectan a sus vidas están cada vez más alejados de su capacidad de influencia. Esta es una de las cuestiones importantes que la Unión Europea, sin más dilación, debiera solucionar si verdaderamente ambiciona construirse como un gobierno federal o confederal y de futuro: la verdadera implicación de la ciudadanía y de los pueblos que la conforman.
La solución que se plantea en el contexto actual es pasar del gobierno a la gobernanza o al gobierno relacional: donde todos los agentes que tengan voluntad y una estructura mínima, intervengan en la elaboración de políticas públicas; hoy ya no se puede primar la jerarquía vertical, sino la interdependencia. Todos tienen necesidad del resto para gestionar sus ámbitos, sus objetos de preocupación y transformar sus conflictos. Porque las ciudadanas y los ciudadanos son sujetos, no objetos de una democracia que es mucho más que un sistema representativo. Porque la representación es importante, sí, pero necesita ser complementada, corregida y definida a través de la participación de los sujetos políticos que son los ciudadanos. Una participación basada en un programa, un código ético de comportamiento, gestionada con transparencia y con la comunicación como eje claro de transmisión de información a la sociedad.
No hay democracia sin que haya una participación estructurada. Todos los agentes que conforman la sociedad y las políticas públicas tienen que intervenir de una manera u otra en su elaboración. Las empresas, las organizaciones, han dejado atrás los años de la verticalidad organizativa y aplican el trabajo colaborativo; una organización bien definida, con claros repartos de responsabilidades, pero trabajando de manera interdependiente y en clave de trabajo relacional. Es evidente que los partidos políticos son claves en esta organización, pero todas y todos somos importantes en una gestión que implica identificación de necesidades, propuestas alternativas para la solución, selección alternativa…
El año próximo se celebrarán las elecciones municipales, además de las forales y europeas. En mi opinión, el ámbito local es, sin duda, el mejor ejemplo, el nivel óptimo para testar este cambio, este avance; para la revitalización democrática y el paso del gobierno local a la gobernanza local. Espacio donde también tenemos que conseguir que la gente joven se implique en la gestión de su comunidad, comprometiéndose con ella. En este ámbito más cercano es donde el derecho a la participación se ejerce directamente y donde se han desarrollado el mayor número de procesos participativos. Siempre me ha gustado decir que los alcaldes y alcaldesas, esas personas que en su gran mayoría son verdaderos voluntarios, hacen “política de portal”; porque desde el momento en el que salen de casa comienzan a recibir peticiones, a mantener contacto con sus conciudadanos. La participación se hace en la calle, en el ayuntamiento, en un encuentro de barrio... para mí son todo un ejemplo.
En este sentido, las administraciones están asumiendo su papel de poner en marcha procesos de participación. Poco a poco, en Euskadi se ha dado en los últimos años un crecimiento sostenido de experiencias de participación ciudadana promovidas por ayuntamientos y entidades municipales: la “Agenda 21” es un símbolo de compromiso público y riguroso por parte de los municipios con una participación estructurada y con la mejora continua como base de funcionamiento. Seamos conscientes de la importancia que tiene el papel de la política en nuestras vidas y apostemos por implicarnos a la hora de estructurar la comunidad con el objetivo de ofrecer un mayor bienestar a todas y todos nuestros conciudadanos.
Mi artículo de opinión, hoy en Grupo Noticias.

sábado, 11 de agosto de 2018


Udako keinuak
Eguneroko lan erritmotik pixka bat aldentzeko izaten ditugun udako oporretarako publizitate iragarkietan, bai aldizkari zein telebista edota bidaia agentzietan, leku paregabeak, tenperatura egokietan gozatzen ari diren gorputz lirainak ikusten ditugu, paradisuzko paisaiak gerturatu nahi dizkigutelako, ametsak errealitate bihurtzen direla helarazi nahian. Horren eraginez, uda idiliko bateko kanta prestatzen saiatzen gara guztiok ilusio handiz: ongi informatzen gara, gidak erosten ditugu… eta hor sumatzen dugu lehen sentsazio arraroa, doinua ez datorrelako bat erritmoarekin.
Aipatutako bidaia liburu horien arabera dena da perfektua, ez dago arazorik inongo lurraldetan eta bakoitzaren ametsa asebetetzeko adina eskaintza dago: atseden hartu, leku eta istorio harrigarriak ezagutu, kultura eta hizkuntza ezberdinez gozatu eta, ilunabar ikusgarriak ikusi ondoren, ederki lo egiteko aukera eskaintzen digute, amets gaiztorik gabe noski. Baina sarritan eskaintza horrek ez digu asetzen eta marratik haratago joateko joera dugu. Orduan, bertaratu aurretik, beste iturri ezberdin batzuetako ura edanez, gure opor lekuen historiaz edo herrialde bezala izan dituzten konfliktoez irakurtzen dugu, etorkizun iluna iragartzen dieten hodei beltzak antzemateko.
Ikasturte osoko ipuin beltzei jarraipena emanez, udako hego haizeak ere ez ditu bere orriak eramaterik lortu. Etorkinen gaiak negar malkoz busti ditu, berriz ere, kontakizunaren orrialdeak, Mediterraneoko urak gaziago bihurtuz. Paradoxikoa da askoren gozamen lekua dena, beste askoren sufrimendu eta heriotzarakoa izatea. Zuri beltzean eta beldurrezko musika artean errepikatu zaizkigu itsasoan hildakoen irudi horiek begi ninietan, euren etxeetatik urruti noraezean dabiltzan pertsonak, diruari pertsonaren bizitzari baino balio gehiago ematen dioten trafikatzaileen hatzaparretan harrapatutakoak…
Aurreko mende batzuetan bezala, arazo larria da XXI. mendean bizitzea tokatu zaiguna. Europar Batasunak inor izan nahi badu gaurko egunean, irteera bateratua aurkitu behar dio egoera honi. Estatu bakoitza bere politika eta bere arazo soila konpondu nahian dabil eta bere errealitatea azaltzen saiatzen da, kolektiboari lekurik eskaini gabe; Batasunak elkarkidetza du bere jatorriaren oinarri. Erantzunak irizpide horietatik joan beharra dauka. Espainiako Estatuaren barruan gauza bera gertatzen da. Erakunde ezberdinen arteko elkartasuna eta lan bateratua izan behar du oinarri; Aquarius ontziarekin Pedro Sanchezen Gobernu berriak egin zuen lehenengotariko “keinua” publikoki eskertu nion Presidenteari Senatuko kontrol saioan egin nion lehen galderan, baina “keinuek” ez dute errealitatea asetzen eta mamiaz bete behar dira. Arazoa larria da eta beste politika batzuk eskatzen ditu; beste alderdi politikoekin adostu beharrekoak.
Ez da gauza bera Gobernuan edo oposizioan egotea; zentzu horretan, gai benetan zaila Kataluniarena izango da. Sanchezen Gobernuaren etorkizuna horri lotuta joango da; orain arte “keinuak” izan dira nagusi, baina udazken honetan gai honi behar den bezala heldu beharko zaio irteera logiko bat eman ahal izateko. Gutxienez, eskertzekoa da distentsiorako Exekutibo berriak erakutsi duen asmoa, baina Kataluniako gizarteak zerbait gehiago eskatzen du; hauek diotena entzun egin behar da eta horretarako hitz egiten utzi behar zaie.
Horretan, zeresan handia izango du Alderdi Popularraren jokabideak, oraintsu lider berria hautatzeko kongresua egin duen alderdiarenak. Gürtel sententzia, Pedro Sanchez Presidente egin duen zentsura mozioa eta Mariano Rajoyren dimisioaren ostean, Pablo Casado izango da kontserbadoreen presidentea aurrerantzean. Afera deserosoan murgilduta dago orain arte nirekin Europar Batasuneko Batzorde Mistoko kidea izan dena, bere ditxosozko masterra dela eta. Uda ostean, Auzitegi Gorenak erabakiko du erabaki beharrekoa, baina argi dagoena da erakutsi duen jokabidea ez datorrela bat nire barnean eta nire inguru hurbilean ditugun gazteek eta euren familiek dituztenekin. Master bat non 22 gaietatik 18 ez dituen ikasi behar izan, automatikoki gaindituta izan dituelako, ez da inolaz ere eredugarria bitartean beste gazte asko masterrak, graduondo ikasketak edo atzerrian kurtsoak egiteko esfortzua egiten duten bitartean, euren familien ahalegin ekonomikoa ahaztu gabe.
Uda honetan kontakizun beltz asko sumatu ditugu; zerrenda luzea da eta hurrengo egunetan azaltzen joango naiz; zalantzarik ez izan. “Kontatu beldurrezko ipuin bat!”, esaten zidaten umeek kanpinean lotara joan orduko. Noski, muga jarri behar zitzaion beldurrari, bestela gau luzea eta iluna egiten zitzaien, beraien irudimenetik sortutako pertsonaiak eta munstroak izaten zituztelako amets lagun. Hala ere, amesgaiztoetarako ez dago helduoi kontakizun beltzik belarrira kontatu beharrik udako ilunabar ederretan, nahikoa dugulako eguneroko gertakariei erreparatzea. Ez dakit Hobbes-en “Homo homini lupus” esaldia egia izango den ala ez, gizakia gizakiarentzat otsoa den ala ez, baina ez dago zalantzarik gizakion artean askotan krudelak garela eta elkartasun eta enpatia eza azaltzen dugula.
Ui! Beharbada, irakurle, esnatu egin zaitut udako oporraldietako siestako momentu goxo horretatik. Jarraitu ezazu amesten zure hurrengo irtenaldiarekin baina ez ahaztu irakurritako ipuin beltzetako kontakizunez, orri horien atzean sufrimendu hitzak daudelako. Ni ur gazietan murgiltzera noa ea itsasoko olatuek kontakizun ilun horiek argitzen dizkidaten. Uda on!
Nire iritzi artikulua, gaur Deian