sábado, 23 de junio de 2018



De las palabras a los hechos

¡Hay que ver qué vueltas da la vida, y la política! El pasado mes de mayo el Partido Popular daba sólido soporte al Ejecutivo de Mariano Rajoy, mientras un débil PSOE en horas bajas, se encontraba desaparecido del debate político y con su líder, Pedro Sánchez, fuera del Congreso de los Diputados, no lograba la más mínima notoriedad. Hemos pasado de mayo a junio y las tornas han cambiado radicalmente. La moción de censura contra Rajoy ha situado al PSOE en el centro del escenario y del debate político, cobrando impulso y provocando una catarsis dentro del PP. En un mes, Pedro Sánchez ha regresado al Congreso de los Diputados y vive en la Moncloa, mientras Mariano Rajoy ha abandonado definitivamente la Carrera de San Jerónimo y se ha trasladado a Santa Pola.

El PP se encuentra en una situación que nadie esperaba hasta que la sentencia del caso Gürtel desencadenó su desmoronamiento. Ha pasado a la oposición y afronta un debate interno que nadie preveía, con unas primarias abiertas que generan incertidumbre, más si cabe tras la inesperada renuncia de Núñez Feijóo. En solo un mes los ‘populares’ han cambiado de posición, se encuentran desconcertados y sin poder centrarse en su labor de oposición. El Pleno de esta semana en el Senado nos ha mostrado a un PP rencoroso, no solo por los maleducados abucheos que nos han dedicado, sino también porque se han empecinado en recurrir a los temas y argumentos que no han hecho más que generar tensión, ocupando un lugar destacado, desde luego, la unidad de España.

El nuevo Ejecutivo socialista tuvo su bautismo en las Cortes Generales en la preceptiva sesión de control del martes en el Senado. El primer cambio es de “orientación” porque ahora toca dirigir la mirada hacia el lado izquierdo de la Cámara, en lugar de al derecho que ocupaba Rajoy. El segundo cambio, más sutil, lo advertí en el tono con el que Pedro Sánchez y sus ministras y ministros respondieron a las cuestiones que se les plantearon. Se aprecia en el PSOE un ambiente de optimismo, justo el contrario del espíritu de total impotencia y resignación que se percibe en el PP. El nuevo presidente traslada un mensaje positivo y el PSOE se encuentra en el período de vino y rosas. Dudo que dispongan de los cien días de confianza que se conceden habitualmente y van a tener que comenzar a demostrar con hechos lo que dicen sus palabras, porque no hay que olvidar que, con una demora excesiva, el vino se torna agrio y las rosas se marchitan.

En nuestro primer cara a cara en la Cámara Alta no pude por más que felicitar al nuevo Presidente por la decisión adoptada para acoger en España a las 630 personas que se encontraban a la deriva en el mar Mediterráneo a bordo del buque Aquarius. Se trata de un gesto humanitario genuino del nuevo Gobierno español y que, además, lanza a la sociedad un mensaje positivo en relación a la inmigración que creo era necesario ante tanta alarma negativa. Ahora bien, tampoco pude evitar hacerle ver la contradicción que supone movilizar un domingo en Valencia a 2.300 personas voluntarias y trabajadoras, además de 600 periodistas, mientras el día anterior 980 personas habían desembarcado en las costas españolas en pateras, muriendo cuatro de ellas. Sabemos además que, lamentablemente, seguirán llegando y muriendo más personas refugiadas sin que haya tantos voluntarios o voluntarias para recibirles y periodistas para constatarlo. La conclusión de mi intervención era que, además de gestos puntuales, se van a necesitar planes y acciones estructurales que afronten el problema en toda su dimensión.

Conocida su pretensión de llegar hasta el año 2020 sin convocar elecciones, Sánchez además de gestos va a necesitar acuerdos amplios en temas como la migración. En este caso, es necesario alcanzar un pacto de Estado que perdure en el tiempo; es necesario llevar a cabo un trabajo conjunto en el Estado que abarque tanto al Ejecutivo central como a las Comunidades Autónomas y a las entidades locales. La política migratoria tiene que adaptarse a la realidad actual, que no tiene nada que ver con la de hace diez años. Existe una necesidad urgente de compartir una reflexión, un plan, un refugio para todas estas personas migrantes.

De esta manera, se podrían evitar situaciones como la que un pretendido “error” causó que el lunes llegara a Donostia un autobús con 46 inmigrantes subsaharianos sin que hubiera nadie para recibirles y darles la atención adecuada. Alguien sí que pagó el transporte de todas esas personas a tierras vascas, pero nadie se hizo responsable de ese colectivo que había llegado una semana antes a las costas andaluzas en patera. Afortunadamente, tanto el Ayuntamiento de Donostia, como la Diputación de Gipuzkoa y Cruz Roja, actuaron con celeridad y todas estas personas fueron acogidas y atendidas, pero este episodio ha puesto en evidencia la falta de seriedad y rigor del sistema de acogida.

El Gobierno español utiliza nuevas palabras, pero los hechos demuestran que tras años de una política ineficaz el Estado viene incumpliendo reiteradamente los compromisos adquiridos con la Unión Europea en materia de reubicación y reasentamiento de refugiados. En 2017 tan solo se cumplió con el 16% de lo acordado; un penoso dato, un hecho que nos tiene que llevar a la reflexión. Desafortunadamente, no se trata de un caso aislado en la Unión Europea: las políticas de Polonia y Hungría, el nuevo gobierno alemán, Italia y Malta, son ejemplos que ponen de manifiesto que nos encontramos en un punto de inflexión y que el próximo Consejo Europeo va a ser clave a la hora de definir una nueva y eficaz política migratoria para el conjunto de la Unión.

Pedro Sánchez ha realizado un gesto significativo y ha logrado una llamada de atención tanto en el Estado como en el ámbito comunitario. Esta próxima semana, el jueves y viernes, tiene una gran oportunidad con su presencia en el Consejo Europeo, para ratificar sus palabras y convertirlas en hechos, porque es necesario y urgente modificar una política que hace aguas en la Unión Europea. El Jefe del Ejecutivo español debería contribuir a que se debata, decida y aborde de manera conjunta la situación que diariamente sufren un gran número de personas refugiadas en aguas del Mediterráneo.

Las vueltas que da la política han situado al presidente Sánchez ante una ardua tarea, más teniendo en cuenta que encabeza un Gobierno minoritario que le obligará a trabajar y ganar los apoyos necesarios para sacar adelante sus proyectos. No me cabe ninguna duda de que, en materia de migración, no le van a faltar soportes si de verdad se decide a elaborar un Pacto de Estado y a impulsar una nueva política comunitaria. Necesitará acuerdos amplios y el Partido Nacionalista Vasco tomará parte, siempre que aporte contenidos al celofán de sus promesas y transite de las palabras a los hechos.

Mi artículo de opinión, hoy en Diario Vasco. www.diariovasco.com


domingo, 10 de junio de 2018


Con tu dinero no se juega
Pataleta. Eso es lo que hemos vivido esta semana en la capital del Reino de España. Una pataleta. La del Partido Popular.
Por segunda vez en pocos meses, el Senado ha vuelto a acaparar los focos de la atención política como muy pocas veces lo hace. En su momento, fue la aprobación del artículo 155 de la Constitución Española, hoy son las enmiendas a los presupuestos. Lamento no poder avanzar lo que vaya a acontecer con las enmiendas que el PP viene amagando con presentar, ya que el plazo para hacerlo expira mañana a mediodía y, al menos hasta este momento en el que escribo estas líneas, el Grupo Popular no ha concretado el nivel de su amenaza.
El PP está actuando por despecho y diciendo que no hemos cumplido lo firmado. Afirmación gratuita y sencilla de rebatir, porque en realidad no tendrían más que señalar qué parte del acuerdo firmado hemos dejado de cumplir, pero no lo hacen. El Partido Popular sabe perfectamente que nada tiene que ver una negociación de presupuestos con una moción de censura y, menos aún, con una investidura. Cosa distinta es que quieran confundir a la ciudadanía. Nosotros hemos jugado claro desde el principio. Por si alguien no lo recuerda ya, en esta frenética sucesión de acontecimientos, en 2016 votamos ‘no’ a la investidura de Rajoy y hubo que repetir las elecciones ante la falta de acuerdo general para elegir a un Presidente del Gobierno. Hicimos lo mismo tras los comicios del año siguiente y, finalmente, tuvo que ser la abstención del PSOE -con las consecuencias internas que tuvo para ellos- la que posibilitó que Mariano Rajoy llegara al Palacio de la Moncloa. La pregunta es sencilla, ¿en qué hemos roto nuestro acuerdo presupuestario con el apoyo a la moción de censura? La respuesta es clara: no hemos roto nada.
Quizá en el PP hayan pensado que el pacto alcanzado para las Cuentas de 2018, que era única y exclusivamente para eso, les garantizaba nuestro apoyo incondicional en otros ámbitos, pero eso no ha sido nunca así. El problema del Partido Popular ha sido que un Grupo con 137 escaños no ha tenido la capacidad para resistir desde su posición en el poder ante la mayor capacidad de otro Grupo que, con sus 84 escaños y desde la oposición, ha sabido aunar las adhesiones suficientes para llegar al Gobierno. Algo que debería dar que pensar a los responsables de Génova.
El problema es claro: la falta de reacción ante la sentencia de la Gürtel. No han tenido capacidad de respuesta ante procesos y situaciones gravísimas que les estaban ahogando. No supieron, no pudieron o no quisieron reaccionar antes de la sentencia a los casos de corrupción y tampoco han sabido hacerlo después. Se han quedado parados y han obligado al resto a moverse.
Necesitan de un periodo de luto. Es duro lo que les ha pasado y hay que entenderlo en el plano personal, pero ello no obsta para que reflexionen sobre las razones que les han llevado a esta situación. Lo que no deberían de hacer es actuar con venganza y acabar arremetiendo contra los intereses de Euskadi. Tal vez les ayudará recordar cómo en 2009 el Partido Nacionalista Vasco venció en las elecciones autonómicas vascas pero PSOE y PP se aliaron para desplazar a Ibarretxe y colocar a Patxi López en Ajuria Enea. Pese a ello, nosotros seguimos trabajando con todo aquel que tenga responsabilidad, sea en la institución que sea, para tratar de pactar en todo aquello que pueda ser beneficioso para la sociedad vasca. Lo hicimos en Madrid con el PP para aprobar los presupuestos de 2017 y 2018, y lo haremos en adelante con el nuevo Ejecutivo central, con el que trabajaremos en favor de la Agenda Vasca, que no significa otra cosa que contribuir a responder a las necesidades de la sociedad vasca a la que representamos.
Los populares están dolidos, y lo entiendo, pero la revancha no es el camino que deberían seguir. No sé cómo explicarán qué partidas del presupuesto que eran buenas en el Congreso ahora no lo son en el Senado. Además, algo les tiene que dar que pensar a los diputados y senadores vascos del Grupo Popular si al final deciden votar en contra de partidas negociadas y aprobadas que dotarían de mejores recursos e infraestructuras a Euskadi. Tal vez encuentren la respuesta en las declaraciones del presidente del PP vasco, Alfonso Alonso, que ha deslizado que algunas de esas modificaciones “podrían no gustar al PNV”. Literalmente. No creo que haga falta recordar al señor Alonso que esos millones, o aunque solo fuera un solo euro, que presumiblemente van a variar en las cuentas no son para el PNV sino para el conjunto de los ciudadanos vascos. Incluido él, claro. Tal vez le dé igual recibir menos servicios con tal de tratar de castigar al PNV, cuando en realidad perjudica a los vascos a quienes dice representar.
Lo cierto es que aunque no ha sido una semana fácil para nosotros, tampoco les arriendo las ganancias a los miembros del PP. Muchos de sus responsables están verdaderamente preocupados porque ven que con la dimisión de Mariano Rajoy muchos importantes actores coetáneos del Partido se verán obligados a poner fin a toda una vida dedicada a la política y a dejar paso a las nuevas generaciones.
Parece que no quieren retrasar mucho la convocatoria de su Congreso. Hemos visto esta semana que los senadores populares no estaban centrados en las iniciativas que estaban defendiendo sino que lo estaban más en los ‘dimes’ diretes’ internos, viendo cómo se movían sus ‘jefes’ y previendo dónde tenían que ir ocupando espacio. Pero la clave del cambio sigue siendo la misma: la búsqueda del acuerdo. Si van a mover las estructuras del Partido, como parece traslucirse tras la dimisión de Rajoy como presidente, estas no se pueden reconstruir desde la venganza y la pataleta. Al contrario.
La habitual calma y reflexión en el Senado se han tornado esta semana en tensión y crispación. La mayor parte de los senadores y senadoras populares han sido cordiales con nosotros, pero desde la dirección del Partido Popular han contribuido a tensionar las relaciones a raíz de nuestro apoyo a la moción de censura que hizo Presidente a Pedro Sánchez.
En el lado máalegre” de la balanza, este nuevo Gobierno, va a tener dos grandes ‘patatas calientes’ que afrontar en su gestión: la economía y el tema catalán. En el primero, va a tener que responder ante temas evidentes y objetivos, que se podrán comparar fácilmente, pero el segundo es distinto. Para empezar, ya ha abierto una pequeña luz en un túnel muy oscuro, y ahora necesita de cuatro elementos para dar con el método y los criterios de trabajo: diálogo, negociación, acuerdo y ratificación de lo acordado por la sociedad catalana.
Bien cierto es que con los nombramientos de los ministros ha puesto alguna ‘chinita’ en el camino; me refiero, claro, a Josep Borrell como Ministro de Asuntos Exteriores, algo que ha generado preocupación en los partidos catalanes. La brecha abierta ha sido importante pero habrá que dar tiempo al nuevo Ejecutivo para ver si fructifica la actitud mostrada por Sánchez para el diálogo.
Lógicamente, también en Euskadi estaremos atentos al nuevo tiempo. El desarrollo del Estatuto, las transferencias pendientes, la política penitenciaria o la Seguridad Social seguirán en nuestra agenda, fieles como siempre a la defensa de los intereses de la sociedad vasca.
Mi artículo de opinión, hoy en Grupo Noticias