sábado, 4 de mayo de 2019


La minoría de Sánchez
Hoy hace una semana, me encontraba en una mesa electoral. Desde allí tuve ocasión de observar los datos y el comportamiento de la gente. Se veía que los electores participaban de manera distinta a lo que lo hacían en otras ocasiones. Tal y como corroboraron los datos al final del día, la gente estaba votando en un número importante y lo hacía, además, en una clave distinta a la habitual en elecciones generales. Los municipios donde el voto abertzale es claramente mayoritario también estaban votando de manera muy activa. Nadie sabía a ciencia cierta qué es lo que estaba pasando pero, al igual que en Cataluña, en Euskadi, a mitad de jornada, la participación estaba por encima de la media del Estado. Fue una jornada sorprendente. El dato objetivo es que la campaña en Euskadi ha sido diferente, el resultado ha sido diferente y la realidad del País es diferente.
Si bien las Elecciones Generales no son fáciles de gestionar para los partidos vascos, con los medios de comunicación centrados en las formaciones de ámbito estatal e ignorando prácticamente a quienes nos presentamos en ámbitos más reducidos, los resultados han sido excelentes para el Partido Nacionalista Vasco. Los seis diputados elegidos para el Congreso, así como los nueve representantes que irán al Senado, que se suman a nuestro senador autonómico, hacen que podamos conformar Grupo propio en ambas Cámaras, sin depender de nadie para llevar a cabo nuestra iniciativa central: la agenda Vasca. Aunque se ha destacado, por otra parte, el dato cierto de que EH Bildu ha resultado ser la cuarta fuerza en Euskadi con el 16,70% de los votos, no es menos cierto que con el 31,05% obtenido por EAJ-PNV, ha resultado que el voto abertzale ha visto incrementado su protagonismo en Madrid.
A la vista de los resultados a nivel del Estado, no sé qué lectura real y sincera van a hacer los partidos identificados con la derecha, pero sí que puedo concluir, primero, que llevar a la ciudadanía al discurso extremo, al discurso de ‘todo o nada’ tiene un coste. Segundo, que cerrar los ojos tan solo ayuda a no ver; cuando no se acepta la realidad, las consecuencias en política suelen ser nefastas.
Ha sido una campaña en la que los grandes argumentos utilizados han sido tanto Euskadi como Cataluña: han recurrido a ETA, Altsasu, Errenteria, manos manchadas de sangre… La aplicación del artículo 155 de la Constitución española ha sido un arma arrojadiza entre los partidos de derechas que competían por mostrar quién era más contundente. Los resultados han demostrado que la ciudadanía no está en esa clave. Y en Euskadi y Cataluña, mucho menos. Una vez conocidos los resultados en los comicios, desde el PP hablan de un movimiento para ‘centrarse’, a su vez en Ciudadanos estiman que funcionó su estrategia de ‘girar a la derecha’ (No dicen nada de ocultar su antiforalismo tras su acuerdo en la Navarra foral)… Hay quienes hablan de ‘populismos’ pero ni disimulan su intención de ‘moldear’ su ideología en base a lo que interpretan que quieren oír los votantes; tal vez habría que buscar también un nombre para calificar a esas formaciones.
El domingo ganó el Partido Socialista, pero no lo tiene fácil para gobernar y tendrá que pensárselo bien antes de apostar por una vía u otra para recabar apoyos. Lo que es evidente es que toda aquella política que vaya en contra de la realidad vasca o catalana estará destinada al fracaso. Se ha demostrado que las únicas vías válidas son las del reconocimiento de la realidad, y que el diálogo y la búsqueda del acuerdo son los pocos instrumentos válidos con los que cuenta una democracia.
El PSOE está en minoría. Una minoría más evidente que la que tuvo el PP en la pasada legislatura. Es cierto que hay un dato importante, y es que la suma de socialistas y Podemos tiene más escaños que la suma PP, Ciudadanos y Vox. Pero, como la política no es solo aritmética, va a ser interesante ver y analizar los primeros movimientos que dará el Partido Socialista. Se comenta que no moverá ficha hasta que pasen las elecciones del 26 de este mes, pero alguna pista deberá desvelarse antes; no hay que olvidar que el día 21 se conforman las Cámaras en Cortes Generales, con la consiguiente conformación de las Mesas de Congreso y de Senado.
El paso más inminente son los contactos que, la semana que llega, iniciará Pedro Sánchez con los responsables de algunos partidos políticos para tratar de componer mayorías. No va a ser fácil. La situación del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso es de extrema debilidad; si bien en el Senado podrá tener mayoría absoluta, le va a valer para bien poco en situaciones como, por ejemplo, la aprobación de los presupuestos, si no logra un acuerdo previo en la Cámara Baja. Para cuando nos demos cuenta, estaremos en julio, con el preceptivo debate del techo de gasto, y en septiembre estaremos ante el inicio del procedimiento de la tramitación presupuestaria. Será la segunda tramitación de Cuentas en 2019. Fue el fracaso de la primera la que provocó la convocatoria de elecciones anticipadas… y no parece que hayan variado las razones que motivaron que no tuviera el apoyo suficiente para su  aprobación. ¿Y si nos encontramos ante una situación similar el próximo otoño? ¿El PSOE seguirá gobernando con los presupuestos del PP?
El PSOE necesita de una mayoría estable. Interpreto todos los movimientos que se están dando ahora como un preludio a las elecciones que tenemos a la vuelta de la esquina. Pero que nadie se confunda. El ‘sí’ o el ‘no’ a un Gobierno no va a funcionar a través de bloques; el ‘sí’ o el ‘no’ funcionará en base al interés político, independientemente de los bloques. El Parlamento Vasco es un buen ejemplo de ello con los reiterados acuerdos entre Podemos, EH Bildu y el Partido Popular. Socios de conveniencia.
Pedro Sánchez no lo va a tener fácil. Mariano Rajoy tenía 137 escaños y a prácticamente el resto del hemiciclo en contra. Sánchez cuenta con 123 escaños y tiene en común con buena parte de la oposición el hecho de estar en contra del tridente de la derecha; pero, no lo olvidemos, esa oposición tampoco está, en principio, a favor de nada más. No estar contra él no es ‘sí’. Esa es la minoría de Sánchez.

Mi artículo de opinión, hoy en Diario Vasco

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