martes, 4 de octubre de 2016




Próxima estación: terceras elecciones
El tren hacia las terceras elecciones sigue su marcha sin control y nadie parece realmente dispuesto a echar el freno al convoy para detenerse en la estación en la que se gestionan los problemas de la ciudadanía. La prioridad parecen ser los resultados electorales de cada partido político y, no hay que equivocarse, los maquinistas son Podemos, PSOE y, por supuesto, el Partido Popular. A tenor de las declaraciones que vienen haciendo, a cada uno de ellos le sigue interesando alcanzar ese destino con las urnas.
Actualmente, todos los focos están puestos sobre el Partido Socialista. La presión a la que sus rivales le han sometido lo ha hecho saltar en pedazos, por lo que, ahora más que nunca, los contendientes miran a Ferraz a la espera de una decisión que desatasque el bloqueo al que están sometidas las instituciones del Estado ante la falta de un Gobierno.
Sin embargo, no está claro lo que ocurrirá en la formación ahora dirigida por una gestora. Mientras un sector se decanta por la abstención, otros la descartan en redondo. Como ya dijo Pedro Sánchez en su día, si por responsabilidad se facilita un apoyo a la investidura de Rajoy, después vendría apoyar los Presupuestos Generales que presente, también apelando a la responsabilidad; y después, y después… Por otro lado, los barones pretenden pactar un texto con condiciones para la abstención que facilitaría una legislatura «corta e incómoda» del Partido Popular.
Pero, ¿por qué iba el PP a aceptar esas condiciones? Es verdad que nadie quiere ser el responsable de dejar volver gobernar a Rajoy y que quienes podrían atreverse a facilitarlo quieren, al menos, cobrarse una pieza que les permita justificar ese difícil paso, pero la coyuntura y los sondeos electorales auguran que será complicado que eso ocurra. De hecho, sobre el papel, sería precisamente el Partido Popular el mayor beneficiado en unos nuevos comicios; incluso se ha adelantado que la suma entre PP y Ciudadanos les daría una mayoría absoluta. Es decir, son quienes menos prisa tienen, por lo que se adivinan pocos movimientos en Génova. Vamos, su especialidad.
Además, por si el PSOE osara abstenerse y posibilitar la investidura de Rajoy, ya está ahí el adalid de la nueva política, Podemos, para abortar esa opción. Ya se ha encargado Pablo Iglesias de, digamos, advertir a Ferraz de que “tomarán nota” si hay presidentes autonómicos del PSOE que contribuyan a “entregar el Gobierno” a Mariano Rajoy, recordándoles que hay quienes ostentan ese cargo gracias al apoyo que en su día les dio Podemos. Y quien avisa…
Todavía queda alguno que mira hacia el Partido Nacionalista Vasco en este trance; y mira que lo hemos repetido en numerosas ocasiones: Rajoy y el PP no tendrán nuestro apoyo para su investidura como presidente del Gobierno. Y no lo tendrán porque durante cuatro años han mostrado una actitud para con Euskadi del todo punto incomprensible; dando la espalda a nuestra máxima autoridad que es el Lehendakari, a la normalización política, a las reivindicaciones de la ciudadanía vasca… La gente se da cuenta de ello y por eso les rechaza una y otra vez en las elecciones en Euskadi; por eso les rechazaremos nosotros. Además, en Madrid nosotros no pilotamos el tren, EAJ-PNV no nació para eso, y los actuales maquinistas parecen no querer detenerlo hasta las terceras elecciones.  

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