lunes, 26 de septiembre de 2016


¡A trabajar! Con cercanía y humildad.
Ganar unas elecciones no significa recibir un premio y disfrutarlo; significa asumir una responsabilidad y poner todo el empeño y la capacidad de la que se dispone para hacer frente a las preocupaciones de la sociedad a la que se representa. Los resultados de las elecciones autonómicas han sido muy satisfactorios para EAJ-PNV; el apoyo de la sociedad vasca nos llena de orgullo y alegría, por lo que ayer lo celebramos como se merecía. Pero desde hoy toca trabajar, como avanzó el Lehendakari en campaña, con cercanía y humildad.

La sociedad vasca no se ha dejado embaucar por los cantos de sirena de quienes realizaban promesas irrealizables o proclamaban el asalto a los cielos; ha hecho oídos sordos a quienes han tratado de embarrar la campaña creando debates sobre temas que la ciudadanía ya ha superado o con trifulcas ajenas a Euskadi.
Por eso, la ciudadanía vasca ha puesto su futuro en manos de EAJ-PNV, a quienes, desde hoy mismo, nos corresponde hacer frente al problema del desempleo, de la convivencia, de la economía… los asuntos que requieren de la mayor atención y a los que el Lehendakari Urkullu  ha dado absoluta prioridad en campaña, con mensajes claros que la ciudadanía ha sabido entender y valorar otorgándole un mejor resultado que el que disponía tras las elecciones de hace cuatro años.
Y es que el aval del Lehendakari no ha sido tanto exponer a la ciudadanía sus propuestas realistas durante la campaña como haberlas demostrado con hechos durante toda la legislatura pasada; una legislatura en la que EAJ-PNV ha gobernado en minoría pero demostrando el talante y la capacidad para alcanzar acuerdos entre diferentes y obtener grandes resultados pese a la desfavorable coyuntura tanto económica como política, con un Gobierno en Madrid que ha desatendido continuamente sus llamadas.
La representación que la ciudadanía ha delegado en los parlamentarios y parlamentarias de EAJ-PNV ofrece una situación óptima al Lehendakari de cara a lograr acuerdos para la formación de gobierno. Afortunadamente, ni el reglamento vasco es tan endiablado como el español a la hora de obtener la investidura, ni el talante mostrado históricamente por los partidos en Euskadi ha sido tan cerrado y beligerante como el que se sufre en los últimos meses en Madrid, por lo que se espera un pronto desenlace.
No voy a extenderme en análisis del resto de partidos, salvo para sugerir a EH Bildu y Podemos que se centren en las necesidades reales y realizables de la ciudadanía, y para constatar que la actitud de ceguera absoluta de PSOE y PP para con Euskadi les está relegando al papel de partido residual (su aparente satisfacción por los resultados habiendo sido las fuerzas cuarta y quinta es sintomática). Estos dos últimos esperaban que las elecciones vascas abrieran una puerta a resolver el enconado dilema que tienen en su carrera hacia la Moncloa; por ahora lo único que se ha abierto aún más es la crisis de los socialistas, con la petición de la dimisión de Sánchez por parte del sector andaluz del partido.
A nosotros nos toca trabajar. Y debemos empezar lo antes posible. A trabajar por reducir el porcentaje de desempleo por debajo del 10%, porque tengamos una educación y un sistema de sanidad ejemplar, porque superemos estos años de zozobra económica todos juntos, porque recuperemos la normal convivencia entre todos los vascos y vascas… Y eso solo se logra trabajando; para construir la Euskadi del futuro con sólidos cimientos.



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